[Devasten]



Sólo concibo ser
el cuello de la tensión
de la boca de la mandíbula
de la claustrofobia
de los peces que
como víboras infalibles
derrochando cobre
fundido por los ojos,
mastiquen la bronca
del escupitajo frontal
de la sarna violenta
que embravecida impacte
en plena cara de la vidriera
exhibidora de maquetas corruptas.

Ni más ni menos
que unos cuantos
pasamontañas prendiendo
la sombra ignífuga
en el rostro de la sorna del cemento,
sintiéndose seguro y victorioso
tras la frágil presencia
de un cristal custodiado
por álgidos centinelas del código
del examen ribonucleico,
y a la vez ignorante
del ojo aterrado
de la cámara
cuyo cono de visión
vislumbra cadáveres
azules merodeados
por una prosesión de extraños.

Un abismo colectivo y claro
entre las torres derribadas,
desfilando con prisa
apocalípticamente
los profanadores, los apóstatas
de las luces y el destino
de la confusión generalizada
y el manto gris del
gimiente ocaso por
el deslumbramiento
de sagradas escrituras
halladas en una pared
demolida por la expansión
del humo, cuyo solitario
vocablo y proverbio
potencialmente más destructivo
que el colapso nuclear
es sólo basta.
Basta
Basta

Devasten.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Te ganaste un grisín con esto pibe, si que si.
Quiero ver como sigue la cosa, como pulis el lápiz.
Yo amontonaria menos palabras para que no se pierda fuerza.
Un abrazo